Wednesday 18 May 2016

Bloguear o no bloguear

Entre mis innumerables intereses relacionados con la educación está el de los entornos personales de aprendizaje. A pesar de haber oído hablar de ellos desde hace tiempo no había profundizado mucho en su conocimiento, es por eso que cuando vi un curso sobre ellos ofertado por el Cefire (formación del profesorado) no me lo pensé dos veces y me apunté.

Una de las actividades que el ponente, Jordi Adell, nos ha propuesto es crear un blog y reflexionar sobre su objetivo. Como yo ya tenía éste lo voy aprovechar para llevarla a cabo.

Jordi sugiere responder a dos preguntas interesantes que voy a responder a la vez: qué necesidad cubren los blogs para sus autores y por qué alguien escribe decide ponerse a escribir un blog.

Investigando en el enlace de Edublogs que nos facilitado me he dado cuenta de que con esto de los blogs pasa como con el café: hay tantos diferentes como españoles te puedas encontrar. Aunque la diferencia es que en este caso el ámbito se amplia y no sólo abarca nuestro país, sino que se extiende a todo el mundo. Bueno, quizás exagero un poco al hablar de tantos tipos de blogs, pero está claro que cada persona tiene una motivación diferente a la hora de escribirlo.

A continuación os detallo las principales razones por las que, desde mi punto de vista, los docentes creamos blogs (seguro que me dejo alguna, pero para eso están los comentarios, para que me las recordéis):

  • Estar en contacto con las madres y padres de sus alumnos, principalmente para compartir las actividades de aula. Esto es más para infantil y primaria.
  • Proponer actividades de refuerzo o trabajo extra para casa, así como resolución de dudas. En este caso más enfocado a los alumnos (secundaria y adultos).
  • Compartir ideas, actividades, enlaces y demás con el resto de docentes del mundo.
Yo me incluiría en el último grupo. ¿Por qué? Pues porque desde que empecé a utilizar internet me di cuenta de que mucha gente estaba compartiendo cosas sin esperar nada a cambio y yo me "aprovechaba" de ellas. La palabra clave aquí, como bien habréis supuesto, es compartir.

El siguiente paso fue aplicar el dicho que me enseñaron de pequeña: es de ser bien nacido ser agradecido. Comencé a sentir la necesidad de tener voz propia en este mundo virtual y entrar a formar parte del grupo, no limitarme a ser una mera espectadora y recopiladora.

Ya por último sólo me quedaba decidir qué iba a hacer con el blog, porque no quería ser una más. Siguiendo mi espíritu inconformista que siempre busca hacer las cosas de otra manera, no quería repetir lo que otr@s estaban haciendo muy bien, por cierto; me refiero a preparar actividades y colgarlas, o recopilar enlaces interesantes. Tampoco sentía la necesidad de establecer contacto con los padres y madres de mis alumnos porque son adultos.

Quería hacer algo que pudiera ayudar a mis colegas, compartir mis experiencias de aula, la metodología de trabajo que he ido desarrollando a lo largo de muchos años y que engloba muchos aspectos diferentes relacionados con la docencia: aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje cooperativo, blended learning... Así surgió la idea de este Diario de Docencia Creativa. 

Por último, Jordi nos ha instado a explicar por qué hacemos su curso sobre entornos personales de aprendizaje y qué esperamos de él. Para responder a su pregunta me remito al primer párrafo de esta entrada: para aprender algo más sobre este tema que me llama la atención desde hace tiempo y, en un futuro próximo, aprovecharlo tanto en mi desarrollo profesional como en mi práctica docente.

En resumen, devolver algo de lo que me han dado y compartir, compartir, compartir...


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