Wednesday 24 February 2016

Cómo contactar con los alumnos sin necesidad de Whasapp

Como llevo bastante tiempo con esto de las nuevas tecnologías, durante estos años he utilizado diversos modos para contactar con los alumnos. Ninguno me ha llegado a convencer nunca y os voy a explicar brevemente por qué.

  • Facebook: Los alumnos se cohibían si estaba yo y no participaban como lo habrían hecho si hubiera sido sólo suyo. Además mucha gente está en contra de Facebook, me he encontrado bastantes detractores y no puedes obligarles a registrarse.
  • Moodle (algunos no tenéis esta posibilidad, lo sé): Lo veo demasiado formal y no es instantáneo, ya que no siempre estoy conectada y muchos alumnos no incluyen su dirección de correo electrónico, con lo cual no les llegan los mensajes.
  • Correo electrónico: No sé vosotros, pero yo recibo muchos mensajes y a veces se me pierden, así que en mi caso tampoco es efectivo.
A lo mejor no los utilicé como debía y tienen más posibilidades que yo no he explorado. Si es así, bienvenidas son vuestras sugerencias. El caso es que a mí no me sirvieron.

Con la llegada de Whasapp hace unos años las cosas parecieron mejorar. Los alumnos empezaron a tener sus propios grupos (algunos creo que hasta se comunican en inglés, ¡guau!) y me planteé si no sería buena ideaparticipar yo también. La decisión final fue no hacerlo por dos razones:
  1.  Me parece conveniente y acertado que los alumnos tengan su propio canal de comunicación fuera del aula en el que no participe el profesor. Ya nos tienen bastante vistos y no quiero imponer mi presencia ni coartar su libertad de expresión "a escondidas" de la profe (que soy yo, en este caso).
  2. No quiero ir dando mi número de teléfono "a todo quisqui" (es un decir). Cada año tengo más de cien alumnos nuevos y no es plan que todos y cada uno de ellos puedan contactarme a cualquier hora en cualquier momento y lugar. Mi número privado es eso, un número de teléfono de contacto privado. Otra cosa será el día en que nos den nuestro propio terminal o tableta para trabajar. ;) No lo verán mis ojos, jejeje. Bromas aparte, me entendéis, ¿no?
El caso es que en esas estaba, cuando este curso una alumna me propuso una aplicación para comunicarnos que era como el Whasapp pero hecha adrede para alumnos y profes. La probé y no me convenció, porque había que dar muchos datos, pero en la búsqueda encontré la que ahora utilizo y que os voy a recomendar: Remind.



Está disponible tanto en PlayMarket para Android como en la App Store y es muy sencilla de utilizar. Te das de alta con el correo electrónico, con lo cual te ahorras tener que facilitar tu número de teléfono (interesante también si además tenéis padres, no nos vamos a engañar) y puedes crear las clases que quieras.

Para dar de alta a los alumnos sólo tienes que darles la clave de su clase y ellos mismos se registran. El uso posterior es muy intuitivo y no creo que tengáis ningún problema.

La utilizo habitualmente para enviar mensajes comunes a mis cuatro grupos juntos (si por ejemplo estoy enferma y no voy a poder ir a clase, lo cual no suele pasar), sólo a un grupo si tengo que informarles de algo que sólo les atañe a ellos, o a una persona en concreto si tengo que decirle algo personal. De la misma manera ellos también pueden contactar conmigo como si fuera un chat tipo Whasapp. Y os aseguro que lo hacen.

Otra cosa que me gusta es que a veces se me ocurre algo para decirles pero temo que si lo dejo para la clase se me olvidará, pero tampoco me conviene decírselo en ese momento. Para eso está la función de programar cuándo quieres que se envíe. Genial, ¿no?

Espero que la idea os haya gustado y que a partir de ahora uséis ésta aplicación como forma de contacto con vuestros alumnos, o cualquier otra, con el objetivo de que haceros la vida docente más fácil.

Saturday 6 February 2016

Un poquito sobre mí


Hoy os voy a hablar un poquito de mí y de por qué estoy aquí.

 Soy profesora de inglés en una Escuela Oficial de Idiomas, lo cual quiere decir que mis estudiantes son adultos desde 16 años hasta el infinito y más allá. Como podéis imaginar, dentro de este amplio espectro de edad cabe de todo, no sólo por diferencias generacionales, sino también sobre gustos, ideologías, tiempo para dedicar al estudio y la práctica del inglés, maneras de ser y de entender la enseñanza... En fin, un día os hablaré un poco más de todo ello, ya que aunque son adultos y puede parecer más fácil darles clase que a otros grupos de edad, también tienen sus peculiaridades y dificultades.

Pero hoy estoy aquí para hablaros de mí y que me conozcáis un poquito, por lo menos lo necesario para comprender lo que escribo aquí y por qué lo veo así.

Soy docente por vocación, aunque descubierta tardíamente, porque en un principio no quería dedicarme a la enseñanza. Yo quería ser actriz, bailarina, cantante, escritora,..., pero es verdad que también recuerdo jugar a ser maestra con mis muñecas. Luego estudié Traducción e Interpretación y Turismo, pero no me acabaron de convencer. Mientras tanto y desde los 16 años había estado trabajando dando clase de inglés en diferentes niveles, aunque siempre pocas horas a la semana para sacarme algún dinerillo extra.

Casi se podría decir que soy profesora porque la vida se empeñó en que lo fuera, ya que como os acabo de decir desde bien jovencita, cuando la dueña de la academia de inglés donde estudiaba me invitó a trabajar con ella dando clases a los más pequeñines, siempre he estado dando clases. Pero siempre lo vi como algo extra, no como la profesión de mi vida. Hasta que hice un curso en el que de verdad me enseñaron bien y aprendí lo que era enseñar. Y me fascinó.

Desde entonces decidí que no iba a buscar más, que me iba a dedicar a la enseñanza. Y desde entonces aquí estoy.

Todo esto os lo cuento para resumiros por qué he abierto este blog para hablaros de docencia creativa. La razón es que como alumna he visto muchas maneras diferentes de dar clase, y como profesora he probado también otras tantas. Y la conclusión a la que he llegado es que uno de los factores más importantes para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea efectivo es la motivación. Y en mi humilde opinión, para lograrla, la creatividad y el factor sorpresa son primordiales.

He visto mucho, he utilizado muchas ideas y recursos que me han dado otros compañeros y alumnos, consciente o inconscientemente, las he adaptado y ahora, por fin, me decido a compartir yo también desde aquí.

Espero que mi pequeño granito de arena os resulte interesante y que volváis pronto a leerme. Gracias.

Thursday 4 February 2016

Cuando la respuesta no es la que esperas



Hay días en los que, como hoy, una actividad que llevas haciendo varios años y que hasta ahora había gustado, de repente no tiene la acogida que esperabas. La ilusión y la motivación bajan rápidamente a los abismos más oscuros y te preguntas por qué.

Se trata por supuesto de una clase creativa, diferente, en la que vamos a aprender haciendo: vamos a celebrar Pancake Tuesday cocinando tortitas.  Estaba segura de que iba a tener una gran acogida, porque hasta ahora había sido así, pero inesperadamente la respuesta de los alumnos ha sido fría y, como os decía, se me ha caído el alma a los pies.

La sensación que tengo cuando pasa esto es horrible. La primera reacción es una mezcla de enfado y sorpresa. Las preguntas se agolpan en mi cabeza:

  • ¿Cómo me pueden hacer esto a mí, que me curro las clases y siempre intento ofrecerles cosas nuevas para que aprendan de manera más amena?
  • ¿A quién se le ocurre no querer participar con lo divertido que es practicar una lengua extranjera poniendo las manos en la masa?
  • Si siempre hasta ahora había gustado la idea, ¿qué hay de diferente este año para que la participación no sea tan alta como otros cursos?
Y así varias preguntas más.

Está claro que los alumnos se dan cuenta de mi disgusto. A veces soy demasiado transparente y debería tenerlo en cuenta y ser cuidadosa, pero cuando algo te pilla por sorpresa es difícil controlar tus reacciones, ¿no os pasa a vosotras también? (Espero que no sea la única.) Alguna alumna se justifica diciendo que por una razón u otra no va a poder venir a clase ese día. Otros ni se molestan en decir nada para calmar mi ansiedad.

Inmediatamente empiezo a darle vueltas a la cabeza para intentar dilucidar el por qué del rechazo:
  • ¿Será porque los niveles son más altos?
    • Respuesta: No puede ser porque algunos grupos son también de niveles bajos
  • ¿Quizás mis antiguos alumnos les han contado a los nuevos de qué va y les han dicho que es una clase aburrida y una pérdida de tiempo?
    • R: No creo, siempre me han dicho que les gusta, pero a lo mejor me estaban mintiendo.

    • ¿Debería dejar de hacer la actividad para que no se aburran quienes ya la han hecho otros años?
      • R: ¡Ni de coña! No me parece bien, a los nuevos les puede gustar y tienen derecho a probarla.
    • Y tras otras muchas preguntas, llega la crucial: ¿por qué, por qué, por qué? (Me pregunto mientras estoy a punto de echarme a llorar. Metafóricamente hablando, claro.)

    Todo esto pasa por mi cabeza a la velocidad del rayo.

    Conclusión a la que llego en pocos minutos y tras la cual me siento mucho más tranquila, poco a poco noto cómo voy recuperando la confianza y la fe en mí misma: a veces pasa.

    Por la razón que sea, en cualquier momento, una actividad que en el pasado había funcionado de maravilla de repente no lo hace. Y me digo a mí misma que así es la vida, pero no por ello voy a desmotivarme, al contrario, sé que otras veces ha ido bien y también en esta ocasión lo hará, porque pondré todo mi afán y energía en que así sea.

    En un par de semanas cocinaremos las tortitas. Os contaré cómo lo hacemos y también os diré cómo saben... 

    Tuesday 2 February 2016

    Un sueño creativo cumplido

    Bienvenid@s a mi blog de docencia creativa, un sueño largamente perseguido pero que por unas circunstancias u otras ha tardado en llegar, aunque eso ya no importa. Por fin estoy aquí y sólo queda esperar y desear que sea para mucho tiempo. Y, por supuesto, trabajar duro para ello y que esta idea llegue a buen puerto.

    Aunque poco a poco me iréis conociendo y sabiendo más de mí, quiero empezar hoy por deciros que soy una inconformista. De hecho ésta era una de las palabras que quería incluir de alguna manera en la url o en el título de este blog, pero al final ha tenido que quedarse fuera para que entraran otras que me parecían más importantes. Os lo creáis o no, una de las razones por las que me ha costado empezar el blog era que no me decidía por el nombre, porque, aunque parezca que inconformista e indecisa sean adjetivos que no puedan ir juntos, aquí estoy yo para demostrar que no es así.

    Pero volviendo al tema del inconformismo, me defino así porque soy culo de mal asiento y siempre busco las vueltas, no me conformo con las cosas como son, sobre todo si no me gustan. Trato siempre de mejorarlas y a veces, sólo a veces, lo consigo. Me pasa en casa, donde siempre estoy cambiando las cosas de sitio e intentando ordenar de la manera más efectiva posible. Y por supuesto me pasa también en mis clases. ¡Ah! ¿No había mencionado aún que soy profesora? Pues sí, de ahí el nombre de Diario de Docencia Creativa.

    Es por todo este afán de mejorar siempre en mi manera de dar clase, tanto para mí como profesional como para que mis alumnos se beneficien de ello, que después de muchos años de experiencia docente me he decidido a compartir por fin todas las ideas locas que llevo a cabo en mis clases, con el objetivo de devolver, aunque sea un poquito, algo de la motivación y materiales que otras y otros ya han hecho antes de mí. Y también para quienes vengan detrás.

    Gracias a todos quienes me han apoyado en estos años y también ahora para emprender este proyecto. Nunca os podré agradecer lo bastante que me hayáis ayudado a confiar más en mi misma y en mis ideas. Estáis conmigo en clase todos los días, os lo aseguro.