Prácticamente un mes después de escribir aquí que iniciaba mi "vuelta al cole" leyendo las instrucciones de inicio de curso, vuelvo para contaros que por fin hemos terminado el periodo de exámenes, que incluye en nuestro caso en Escuelas Oficiales de Idiomas de la Comunidad Valenciana, la convocatoria de septiembre de las pruebas de certificación 2019 con sus correspondientes revisiones y reclamaciones, más la prueba de nivel para el curso 2019/2020 y las susodichas secuelas. Todo ello sumado a las tareas que conlleva la coordinación de C1 de mi departamento, de la cual este es el tercer año que me encargo.
A poco que hagáis cuentas, aunque sea con las manos, os daréis cuenta de que quedan tres días para el comienzo de las clases, que aquí empiezan el día 1 de octubre, y dos de ellos caen en fin de semana. Menos mal que la experiencia es un grado y que todo lo que arrastras de cursos anteriores deja un poso del cual echar mano para iniciar el curso de manera más que decente.
A pesar del poco tiempo que queda para centrarnos en programar el curso una servidora ya tiene mucho adelantado gracias, como he dicho antes, al trabajo de años anteriores y a que durante este mes de exámenes he ido aprovechando momentos a cualquier hora del día para planificar un curso que, espero, sea el definitivo para acabar de redondear mi propia programación docente y metodología didáctica. Os iré contando poco a poco.
A tres días de que empiecen las clases, empiezo a sentir las mariposas en el estómago por la incertidumbre de quiénes serán mis alumnos y alumnas nuevos, si estaremos en la misma onda y si en este navío en el que nos embarcamos conseguiremos llegar juntos a buen puerto.
Estoy deseando volver al aula y conocerlos.
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