Friday, 20 May 2016

Otro curso más que acaba

Una vez más el curso llega a su fin. Acabamos de terminar las clases y ya las echo de menos. Lo que me consuela es que ahora tendré más tiempo para recargar las pilas y planificar el próximo curso con todas las nuevas ideas que voy compartiendo en mi página de Facebook, Diario de Docencia Creativa, y las nuevas que seguro llegarán.

Seguramente os estaréis preguntando dónde demonios trabajo para haber terminado ya las clases. Por si no lo había dicho ya, que es posible que no, soy profesora en una Escuela Oficial de Idiomas.

Para los que no lo sepáis, tenemos un calendario docente un tanto diferente y acabamos las clases antes porque a partir de ahora empezamos el muy interesante y provechoso periodo de exámenes que suponen las pruebas de certificación. Por un lado bien, porque ya no tienes que programar, ni corregir, ni dar el 100% de ti todos los días para mantener la motivación de los alumnos hasta el final, pero por otro mal porque a mí lo que de verdad me gusta es dar clase. Pero es lo que hay, no vamos a quejarnos, ¿verdad? ¡Ni mucho menos!

En las próximas entradas os hablaré con detalle de las actividades que he hecho este año con los alumnos estos últimos días de clase para que, si os gustan, las utilicéis y me contéis qué tal os ha ido. Esto último es SUPER importante, porque así podemos comparar nuestras impresiones, ¿no os parece?

Por ahora os digo los tipos de actividad de este curso y más adelante quizás incluya alguna otra que he hecho otros años y que también me ha funcionado bien. Si os preguntáis por qué no uso siempre las mismas, la respuesta es para no aburrirme y porque tengo alumn@s que vienen conmigo en cursos diferentes y me gusta sorprenderles con algo nuevo.

Estas son las actividades:
  • Repaso de léxico que han generado los alumnos durante el año en diferentes ámbitos.
  • Evaluación de la labor docente de la profesora.
  • Feedback sobre las distintas actividades que hemos hecho durante el curso, las plataformas,...
  • Comentarios positivos sobre los compañeros de clase.
  • Árbol de la vida del grupo.
  • El mejor momento del curso.
  • Carta final de la profesora para los alumnos.
Creo que no me dejo nada. Estad atent@s y no me perdáis de vista si queréis saber más sobre cada una de ellas.

Por ahora os dejo con la foto que he compartido con mis alumnos en Remind una vez acabada la última clase (bueno, a ellos les envié la original). Suelo ser más tímida, recatada y reservada, pero este año he tirado la casa por la ventana, he hecho de mi capa un sayo y me he puesto el mundo por montera. Espero que no se me reconozca mucho, jejeje,... En fin, lo hecho hecho está, así que ahora pelillos a la mar y a otra cosa mariposa. ;-)



Ahora la duda que quizá tendréis será por qué voy disfrazada. Para saberlo tendréis que seguirme unos días más, porque está relacionado con una de las actividades de fin de curso que os he apuntado arriba... Por ahora no digo más. :)

Wednesday, 18 May 2016

Bloguear o no bloguear

Entre mis innumerables intereses relacionados con la educación está el de los entornos personales de aprendizaje. A pesar de haber oído hablar de ellos desde hace tiempo no había profundizado mucho en su conocimiento, es por eso que cuando vi un curso sobre ellos ofertado por el Cefire (formación del profesorado) no me lo pensé dos veces y me apunté.

Una de las actividades que el ponente, Jordi Adell, nos ha propuesto es crear un blog y reflexionar sobre su objetivo. Como yo ya tenía éste lo voy aprovechar para llevarla a cabo.

Jordi sugiere responder a dos preguntas interesantes que voy a responder a la vez: qué necesidad cubren los blogs para sus autores y por qué alguien escribe decide ponerse a escribir un blog.

Investigando en el enlace de Edublogs que nos facilitado me he dado cuenta de que con esto de los blogs pasa como con el café: hay tantos diferentes como españoles te puedas encontrar. Aunque la diferencia es que en este caso el ámbito se amplia y no sólo abarca nuestro país, sino que se extiende a todo el mundo. Bueno, quizás exagero un poco al hablar de tantos tipos de blogs, pero está claro que cada persona tiene una motivación diferente a la hora de escribirlo.

A continuación os detallo las principales razones por las que, desde mi punto de vista, los docentes creamos blogs (seguro que me dejo alguna, pero para eso están los comentarios, para que me las recordéis):

  • Estar en contacto con las madres y padres de sus alumnos, principalmente para compartir las actividades de aula. Esto es más para infantil y primaria.
  • Proponer actividades de refuerzo o trabajo extra para casa, así como resolución de dudas. En este caso más enfocado a los alumnos (secundaria y adultos).
  • Compartir ideas, actividades, enlaces y demás con el resto de docentes del mundo.
Yo me incluiría en el último grupo. ¿Por qué? Pues porque desde que empecé a utilizar internet me di cuenta de que mucha gente estaba compartiendo cosas sin esperar nada a cambio y yo me "aprovechaba" de ellas. La palabra clave aquí, como bien habréis supuesto, es compartir.

El siguiente paso fue aplicar el dicho que me enseñaron de pequeña: es de ser bien nacido ser agradecido. Comencé a sentir la necesidad de tener voz propia en este mundo virtual y entrar a formar parte del grupo, no limitarme a ser una mera espectadora y recopiladora.

Ya por último sólo me quedaba decidir qué iba a hacer con el blog, porque no quería ser una más. Siguiendo mi espíritu inconformista que siempre busca hacer las cosas de otra manera, no quería repetir lo que otr@s estaban haciendo muy bien, por cierto; me refiero a preparar actividades y colgarlas, o recopilar enlaces interesantes. Tampoco sentía la necesidad de establecer contacto con los padres y madres de mis alumnos porque son adultos.

Quería hacer algo que pudiera ayudar a mis colegas, compartir mis experiencias de aula, la metodología de trabajo que he ido desarrollando a lo largo de muchos años y que engloba muchos aspectos diferentes relacionados con la docencia: aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje cooperativo, blended learning... Así surgió la idea de este Diario de Docencia Creativa. 

Por último, Jordi nos ha instado a explicar por qué hacemos su curso sobre entornos personales de aprendizaje y qué esperamos de él. Para responder a su pregunta me remito al primer párrafo de esta entrada: para aprender algo más sobre este tema que me llama la atención desde hace tiempo y, en un futuro próximo, aprovecharlo tanto en mi desarrollo profesional como en mi práctica docente.

En resumen, devolver algo de lo que me han dado y compartir, compartir, compartir...


Thursday, 12 May 2016

Educación y docencia creativa



Nunca mejor dicho: hoy en día la educación está en boca de todos.

Lo noto en las conversaciones en la calle y también en clase, porque es un tema candente en una actividad que llevo proponiendo a mis alumnos desde hace unos años llamada Discussion, de la que os hablaré otro día. Cada año hay un tema que aparece de manera más recurrente y este año es la educación. 

Y también digo que está en el aire porque oigo hablar de ella en conversaciones entre amigos, en el patio del colegio de mi hijo, en las ondas y demás medios de comunicación...

Parece que la educación en nuestro país está de una vez por todas en proceso de cambio o, mejor dicho, se sabe que debería cambiar pero nadie dice como.

He aquí un ejemplo, porque de esto precisamente es de lo que habla el programa La Ventana de Carles Francino del 3 de febrero (tramo de 16.00 a 17.00, empieza en el minuto 37).

Aquí tenéis un breve resumen de varios temas que se tratan en la sección que el programa dedicó a la educación ese día:
  • Diferentes prácticas docentes.
  • LLevar la vida a las aulas.
  • Qué es más importante: el profe o la escuela.
  • Nuestro sistema educativo necesita mejorar y ya hay muchos docentes que están trabajando para conseguirlo.
  • Se empieza a oír clamor para que haya un pacto educativo al más alto nivel que deje aparte las diferentes ideologías y se centre en lo importante.
  • Proyectos de innovación y de futuro con escuelas que trabajen con diferentes modelos de gestión y dirección.
  • Modelos de otros países, por ejemplo el anglosajón, en los que la educación está adaptada al alumno (gracias a que tienen más recursos, no sólo económicos).
  • Clave del  modelo anglosajón: personalización de la educación, flexibilidad de la escuela y adaptación a las características de esta última.
  • Necesidad de confiar en los docentes.
  • Los centros necesitan autonomía para generar sus propios proyectos educativos.
  • Excesivo control en nuestro país de las escuelas: obsesión política por homogeneizar.
  • Casos en los que con pocos recursos se consiguen grandes resultados.
  • Claves para un buen sistema educativo: recursos, dinamismo en las aulas, innovación.
  • Necesidad de subsanar las lagunas del sistema.
Esta sección del programa acaba con varias llamadas de oyentes que también son muy interesantes. Os animo a escuchar el audio y a compartir aquí vuestra opinión dejando algún comentario.

Gracias.


Tuesday, 10 May 2016

¿Clases "paper-free"?

Sí, lo sé, debería haber encontrado un término en español para referirme a evitar el uso del papel, pero no he podido evitarlo: me encanta "paper-free". Hay que reconocer que el inglés con su flexibilidad es un idioma ideal para crear neologismos.


Pero vamos a lo que vamos. Aunque ahora ya no me lo planteo, he de reconocer que el siguiente tema me preocupó durante un tiempo: ¿Debería dejar de utilizar el papel en mis clases?



En primer lugar debo decir que soy una amante de los libros en papel, con lo cual no tenía mucho sentido dejarlo de lado en mis clases, pero al empezar a usar las nuevas tecnologías de manera habitual y estando muy concienciada sobre los problemas medioambientales, sí me planteé pasar del papel en algunos casos: 

  1. Las redacciones que los alumnos hacían como "deberes" (ya hablaré de esto otro día) y que yo tenía que corregir (normalmente en mi casa).
  2. Los calendarios que uso en clase para que se apunten a las actividades de expresión oral (de esto os hablaré también en otra entrada).

Más contenta que unas pascuas pensando que me había modernizado, pronto me di cuenta de que no era oro todo lo que relucía y me encontré con dos problemas:

  1. Corrección de redacciones: Al no tener papel tenía que corregir en el ordenador y, si ya de por sí no esta tarea docente es una de las que menos me gustan, me di cuenta de que hacerlo delante de una pantalla me gustaba mucho menos.
  2. Calendarios: Fue un desastre. Seguramente fue la página que utilicé, pero los alumnos podían cambiaban las fechas a última hora y en cualquier momento, con lo cual era un jaleo. 
Resultado: volví al papel en los dos casos.

En el primero porque me gusta corregir en cualquier lado, me explico: a veces lo hago en una silla y una mesa, como cualquier hijo de vecino o profesor "decente" haría, pero en otras ocasiones lo hago en el sofá con el ruido de la tele de fondo, en la cama antes de irme a dormir, en la mecedora que acaba de llegar a casa o en el cuarto de baño (no preguntéis más, a veces voy apurada y tengo que aprovechar cualquier momento, jejeje). Además, aunque soy bastante buena en mecanografía, voy más rápida con boli que con el ratón.

En el segundo caso porque tengo los calendarios colgados en la clase y cada día en cuanto llego puedo ver a quién le toca hacer algo. Aunque también lo tengo apuntado en Google Calendar me gusta verlo nada más llegar a clase, así no tengo que esperar a que se acabe de encender el ordenador. Y además de este modo los alumnos están más comprometidos con la fecha que han elegido, porque para hacer cambios (siempre hay alguno) tienen que venir a clase o hablar conmigo.

Pues todo esto es lo que me pasó hace unos años. Por ahora soy feliz así y me parece práctico, pero quién sabe si en el futuro cambiaré de opinión porque habré encontrado por fin otra forma ideal de hacerlo.

En caso de que sea así, no os preocupéis porque os mantendré informad@s.

Thursday, 5 May 2016

Música ambiental en el aula

Las clases ya están acabando y nos acercamos al final de curso, pero aún así he decidido probar en clase ideas que he ido encontrando últimamente para ver si funcionany desarrollarlas en caso de que sea así a partir del año que viene. Poco a poco os las iré contando.

En esta ocasión os voy a hablar de una que leí hace poco en  Facebook que me gustó. No recuerdo exactamente dónde fue pero compartí el enlace en mi página Diario de Docencia Creativa, así que podéis buscarlo si tenéis interés.

Se trata de utilizar música de fondo mientras los alumnos están haciendo alguna actividad sin otro propósito docente que no sea ambientar la clase con el clima que hayamos elegido: relajante, activo, moderno...En principio sin sugerir ninguna tarea posterior con la canción, aunque también se puede utilizar por ejemplo para trabajar algún aspecto gramatical o léxico concreto o la comprensión auditiva, para generar debate o para sugerir un trabajo posterior fuera del aula.

Aparte de utilizar la música para crear un buen ambiente en clase, se me ocurrió utilizar también las canciones para dar por finalizada una actividad, con lo cual me ahorro tener que repetirles que ya hemos acabado. Después de explicar lo que tienen que hacer me limito a decirles que van a escuchar de fondo una canción que dura tantos minutos y que cuando ésta acabe la actividad habrá terminado. A veces les dejo trabajar y les digo que cuando oigan la canción sabrán que el tiempo se está acabando y cuando llegue al final corregiremos o continuaremos con algo diferente.

Por ahora he utilizado estas dos, aunque ya tengo pendiente como tarea para el verano hacerme una lista de canciones según la duración para el curso que viene y, por supuesto, los primeros días preguntaré a cada grupo qué les gusta escuchar para incluir también sus gustos. Se me acaba de ocurrir que lo haré pidiendo que cuelguen el vídeo con la letra en un Padlet, así las tendré todas juntas y no me hará falta buscarlas.

Las cuatro estaciones de Vivaldi
(10 minutos)


Life is Beautiful
(3 minutos)


A pesar de que la idea me parece buena, tampoco quiero agobiar poniendo música a diestro y siniestro, por lo que una al día me parece suficiente, si bien se puede repetir para un par de actividades. Ya sabéis, lo poco gusta y lo mucho cansa. Estas dos canciones que incluyo aquí fueron para dos sesiones diferentes.

La valoración de los alumnos, que hice de forma informal preguntando al final de clase, fue buena y a mí personalmente también me gustó. Os recomiendo que la utilicéis y ya me diréis qué tal os va.

Hoy hemos escuchado Love Me Tender de Elvis y he hecho esta foto durante la canción. Como podéis ver, hay alumnos que ya se han sentado porque que la actividad está a punto de acabar, mientras que otros siguen de pie trabajando hasta el final.




Resumiendo, la música en clase se puede utilizar en cualquier momento y en cualquier asignatura, incluso en las más variopintas. Pensadlo y veréis cómo se os ocurren ideas. Y si no, ya sabéis dónde estoy. Avisadme y os ayudaré a encontrarlas.

Tuesday, 3 May 2016

Animación lectora en el aula: Reading Circles

Hoy os voy a contar un poco sobre una de las primeras actividades que utilicé en mis clases basada en el aprendizaje cooperativo que, al mismo tiempo me sirvió para resolver una cuestión que me quitaba un poco el sueño. Empezaré por esto último.

Como alumna de la Escuela Oficial de Idiomas siempre me habían hecho leer libros y siempre habíamos hecho alguna especie de examen para que el o la profe pudiera comprobar que efectivamente lo habíamos leído. Es algo que siempre que siempre he odiado con todas mis fuerzas, porque a mí me apasiona leer y creo firmemente que es algo que hay hacer por placer, no por obligación y, en caso de que este último sea el caso, por lo menos que no lo hagas con la amenaza de que cuando termines tendrás un examen, ya sea oral o escrito. 

Así que, para ser consecuente con mis principios, cuando empecé a dar clases yo como profesora en la EOI me enfrenté al dilema de qué hacer. Y encontré la respuesta en los clubs de lectura.

No voy a contaros todo el proceso de cómo he llegado a hacer la actividad tal cual es hoy en día, ya que sería demasiado largo puesto que llevo ya ocho años haciéndola y continúo adaptándola y mejorándola cada curso, pero sí os diré que nunca me ha fallado y es totalmente satisfactoria tanto para mis alumnas (son mayoría mujeres) como para mí.

Este año la hemos hecho del modo siguiente (resumo brevemente las actividades, si os interesa podría desarrollar más la secuenciación en otra entrada):

  • Crear grupos de alumnos de acuerdo a sus gustos lectores.
    • No más de cinco personas por grupo si queréis que en las sesiones todos tengan la oportunidad de hablar.
  •  Cada grupo elige un libro y lo dividen en el número de sesiones que hayáis decidido hacer (aquí tenéis la última palabra), así como el número de capítulos o páginas que todos los miembros del grupo tienen que haber leído para cada reunión.
    • Este curso quería acabar antes de Navidad, así que hicimos cuatro sesiones, una cada quince días.
  • Se reparten diferentes roles en las diferentes sesiones para que cada miembro del grupo los haya hecho todos al acabar (leader, secretary, passage reader...).
    • Como la asistencia en nuestros grupos es muy irregular, los asistentes a clase preparan una pregunta para los ausentes, que tendrán que contestar en papel.
  • En cada reunión, que ocupa de veinte a treinta minutos en una sesión de cien minutos,  tienen que rellenar un dossier como los que veis en la foto en el que detallan:
    • Temas sobre los que han hablado.
    • Léxico que les ha llamado la atención y quieren recordar (este curso limitado a diez por reunión).
    • Lectura en voz alta de un pasaje.
Esta es grosso modo la forma de trabajar que llevamos a cabo con el primero de los dos libros que les pido que se lean durante el curso. El segundo es diferente porque cada uno elige el suyo y lo leen en casa de manera individual escribiendo al mismo tiempo que leen un Diario de Lectura. Pero esa es otra historia que os contaré más adelante.

Este curso se me ocurrió al principio proponer a los grupos que si querían podían traer algo de comida para compartir mientras comentaban el libro y, para mi sorpresa, hubo quien me siguió la corriente, tal como podéis ver en la foto. Si es que tengo una suerte con mis alumn@s que no me la merezco... ;)